Llegir a Mahmud Darwix, en temps de cruesa i estupidesa

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Diuen que Trump en una roda de premsa, al seu costat estava Benjamin Netanyahu, ha plantejat reconstruir Gaza, i convertir-la en la “Riviera d’Orient Mitjà”. Més enllà dels posicionaments teatrals, polítics, socials i emocionals, de cadascú, des de la Biblioteca, en sentir determinats comentaris, ens floreixen paraules d’altres, en forma de textos i a vegades de poemes.

PIENSA EN LOS OTROS

Tú que te haces el desayuno, piensa en los otros
(no olvides alimentar a las palomas)

Tú que te enzarzas en tus batallas, piensa en los otros
(no olvides a los que piden paz)

Tú que pagas la factura del agua, piensa en los otros
(los que maman de las nubes)

Tú que vuelves a casa, a tu casa, piensa en los otros
(no olvides al pueblo de los campamentos)

Tú que te duermes contando estrellas, piensa en los otros
(hay quien no halla dónde dormir)

Tú que te liberas con las metáforas, piensa en los otros
(los que han perdido su derecho a la palabra)

Tú que piensas en los otros lejanos, piensa en ti
(di: Ojalá fuese vela en la oscuridad)

Mahmud Darwix
Como la flor del almendro o allende

Traducció de Luz Gómez García. Editorial Pre-Textos

Mahmud Darwix, va ser un dels grans poetes àrabs. Els estadis s’omplien per a escoltar els seus recitals. Juntament amb Ghassan Kanafani, va esdevenir símbol de la identitat palestina.

Como la flor del almendro o allende, el trobaràs disponible, a la Biblioteca. Un poemari que emociona i et reconnecta amb la natura. Un poeta que a través dels seus versos, crea imatges, i ens parla de vida, identitat i llibertat.

Com va dir ell: “Una de les funcions de la poesia, i això ho vaig aprendre de Lorca, és que trastoca els sentits.”

Et convidem també a llegir alguns dels seus poemes, en línia, com aquest, Cadáveres anónimos:

CADÁVERES ANÓNIMOS

Cadáveres anónimos.
Ningún olvido los reúne,
Ningún recuerdo los separa…
Olvidados en la hierba invernal
Sobre la vía pública,
Entre dos largos relatos de bravura
Y sufrimiento.
“¡Yo soy la víctima!”. “¡No, yo soy
la única víctima!”. Ellos no replicaron:
“Una víctima no mata a otra.
Y en esta historia hay un asesino
Y una víctima”. Eran niños,
Recogían la nieve de los cipreses de Cristo
Y jugaban con los ángeles porque tenían
La misma edad… huían de la escuela
Para escapar de las matemáticas
Y la antigua poesía heroica. En las barreras,
Jugaban con los soldados
Al juego inocente de la muerte.
No les decían: dejad los fusiles
Y abrid las rutas para que la mariposa encuentre
A su madre cerca de la mañana,
Para que volemos con la mariposa
Fuera de los sueños, porque los sueños son estrechos
Para nuestras puertas. Eran niños,
Jugaban e inventaban un cuento para la rosa roja
Bajo la nieve, detrás de dos largos relatos
De bravura y sufrimiento.
Luego escapaban con los ángeles pequeños
Hacia un cielo límpido.

Del poemari: La ta´tadhir ´ammâ fa´alta (No pidas perdón) (2004)

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